Desahuevatol Forte

Fernando Cárdenas Touma
3 min readMar 29, 2021

Esta semana no tengo ganas de hablar de política así que le propongo conversar sobre algo mucho más interesante: la disciplina.

A lo largo de la vida, tanto usted como yo hemos tenido que realizar “trabajos” que fueron recompensados de acuerdo con su desempeño y excelencia. Desde la educación temprana hasta la universidad, y luego en alguna empresa (propia o ajena), lo que marca la diferencia entre unos y otros es la constancia y dedicación; la selección natural es inexorable y la disciplina es lo único que puede garantizar la supervivencia e incluso el éxito en un mundo cada vez más competitivo.

Debo partir desde una generalidad: ni usted ni yo somos genios superdotados. Más bien, me atrevería a decir que pertenecemos a la inmensa mayoría que ha tenido que aprender día con día cada una de las habilidades que hoy domina. Han sido horas de práctica e innumerables (incluso costosos) errores los que han forjado los conocimientos que tenemos. Para graduarse de economista, por ejemplo, se tiene que superar una serie de pruebas y ser calificado por un consejo universitario.

Aunque usted insista en hacer un análisis lineal de casi todos los aspectos de la vida (ingresar a la universidad, aprobar cada uno de los semestres para finalmente graduarse, en el caso antes planteado) creo que lo mejor sería hacer uno circular, cuyo objetivo sea que el “bucle” preguntas-respuestas sea lo más eficiente posible. Ser constante en cuestionarse todos los días sobre los temas de su interés (Microeconomía, siguiendo con el ejemplo), despejar ciertas dudas y como fruto de ello tener nuevas preguntas, no solo que le dará mejores herramientas para alcanzar sus metas, sino que lo pondrá a la cabeza de la carrera por la supervivencia.

Ahora, usted me dirá que ser constante es difícil y que la disciplina definitivamente no es lo suyo. Yo creo que no es así. En la vida hay que identificar las cosas que uno disfruta y, entre ellas, dedicarse a trabajar en lo que se es particularmente bueno. Por ejemplo, a mí me encanta tocar guitarra pero no me dedico a ello porque no soy tan habilidoso. Reconocer las propias limitaciones es un ejercicio que podría resultar doloroso pero que es tremendamente necesario para no embarcarse en el camino equivocado. Usted encontrará más fácil ser disciplinado el día en que se dedique a hacer algo que hace bien y que le guste.

Por último, hay que recordar que siempre habrán “genios” por ahí. Personas que parecen inalcanzables por el desbordante talento que muestran en lo que hacen y que podrían llegar a desmotivarle. No baje los brazos, sea inteligente y haga lo siguiente: aprenda de ellos y comprométase a alcanzarlos. No hay talento que no pueda ser equiparado con disciplina y sacrificio si es que se cumplen las condiciones que señalé anteriormente.

Pero no me crea a mi, seguro soy muy joven y no tengo la experiencia para aleccionarlo sobre la vida. Mejor haga la prueba, tómese una buena dosis de Desahuevatol Forte y empiece a ser disciplinado. Si no lo hace, ¡no se preocupe! Solo terminará siendo devorado por un mundo que cada vez exige más excelencia y aplastado por millones de personas que están dispuestas a tomar la dosis y a trabajar sin descanso. Depende de usted.

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